Las dos caras de la misma niebla

La niebla es el pasamontañas que usa la selva. Así ella oculta a sus hijos perseguidos. De la niebla salen, a la niebla vuelven: la gente de aquí viste ropas majestuosas, camina flotando, calla o habla de callada manera. Estos príncipes, condenados a la servidumbre, fueron los primeros y son los últimos. Les han arrancado la tierra, les han negado la palabra, les han prohibido la memoria. Pero ellos han sabido refugiarse en la niebla, en el misterio, y de allí han salido, enmascarados, para desenmascarar al poder que los humilla.
Los mayas, hijos de los días, están hechos de tiempo:
-En el suelo del tiempo -dice Marcos- escribimos los garabatos que llamamos historia.
Marcos, el portavoz, llegó de afuera. Les habló, no le entendieron. Entonces se metió en la niebla, aprendió a escuchar y fue capaz de hablar. Ahora habla desde ellos, es voz de voces.


Aunque tu corazón recircule,

siga de paso o venga,

pretenda volar con las manos,

sueñe despierto o duerma,

o beba el elixir de la eternidad

sos alma de diamante.


ESPECTÁCULO DE VERBOS

Daguerrotipo de la uva y el vino

Un hombre de las viñas habló, en agonía, al oído de Marcela.
Antes de morir, le reveló su secreto:
- La uva - le susurró - está hecha de vino.
Marcela Perez-Silva me lo contó, y yo pensé:

Si la uva está hecha de vino,
quizá nosotros somos las palabras
que cuentan lo que somos.